21.9.06

Equinoccio

No me gusta la primavera. Ni su perfume impertinente.
No me gusta sentir que los pulmones no me alcanzan para inspirar tanta frescura.
No me agrada tener el alma a flor de piel. Ni descubrirme flotando en las calles.
O tener que explicar (me) esa estúpida sonrisa que se instala en mi cara.
No me gusta, definitivamente, saber que soy capaz de todo.
O querer caminar con ojos cerrados por la vereda del sol.
No me gusta estar feliz, así de repente y sin más motivos de los que tendré mañana.
Ni pensar que está todo bien simplemente porque el cielo se ve hermoso y la luna brilla inmaculada.
Y sí. Es así. No me gusta la primavera... porque me encanta.

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