23.11.06

Hoy

Hoy me desperté amándote. Y sentí la felicidad de ayer salir de la maraña de los días. Porque sí, recuperé desde el agujero negro de lo cotidiano, la pureza del amor que nos eligió.

Hoy amanecí amándote. Y recordé la verdad de todo. Esa que se oculta en los enojos y se esconde tras los celos. Recordé que nos elegimos aún antes de hacerlo.

Hoy me descubrí amándote. Como al principio y como siempre a pesar del diario cuesta arriba que nos agota e intenta hundirnos. Entonces vinieron a mi las imágenes de aquel momento.

Empecé en tus manos y me escurrí en tus ojos. Y fui palabras y promesas.
Te quedaste con mi voz retumbando en tus oídos. Y fui realidad y presente.
Y nunca más nos dejamos. Ni un sólo día. Y nunca, nunca lo haremos.

(Tamuto Negro)

16.11.06

El Muro

En el muro de lo ideal, chocan todas las realidades.

Se apelmazan, se estropean, se revientan.
Se lastiman, se desangran, se marchitan.
Pero renacen.
Retroceden.
Y vuelven al choque.
Intentando trepar, a riesgo de derribar.

Quizás, encontremos la forma de rodearlo y avanzar, complacidos, dejándolo atrás.

8.11.06

Cómo construir y no morir en el intento

  1. Elegir bien, lo más dificil:
    El día clave llegó, decidiste hacerte la casa y comenzaste con la ardua tarea de encontrar a la persona idónea que hará tus sueños realidad: el arquitecto. Después de casi morirte de un infarto al conocer los "honorarios" de estos nobles profesionales (exactamente el 40% del valor final total), encuentras lo que crees será una persona que interpretará tus deseos y los plasmará en esa obra maestra: el plano. En este punto, encontrarás que practicamente aprenderás tanto de estilos arquitectónicos como si te hubieras anotado en el primer año de la carrea. Depende de tu gusto y costumbres si la casa será Minimalista (descartado, Mies un genio, pero a quién se le ocurre que los pisos pueden ser como espejos en una casa?), Estilo campo (y no, tampoco la pavada de poner adoquines en el living), Mexicano (alegre, pero tanto cactus me hace acordar a Arizona), Contemporáneo Americano (eh.. acá se filma la serie Dinastía?), etc... Después de unos cuantos prospectos que no convencían (por costos o por diseño) finalmente quedas conforme con uno de los proyectos, el paso siguiente es encontrar las personas que llevarán a cabo la obra: los constructores. Si la plata te sobra es más que efectivo el sistema "llave en mano", les das los planos y en 5 meses te devuelven las llaves de tu nueva morada. Pero si lo que intentas es poner palmo a palmo los pocos pesos que tienes ahorrados (y los que puedas ir ahorrando durante la obra), debes contratar una empresa constructora y administrar por tu cuenta la obra. Estás listo para el desafío, sabes que no será fácil, pero el optimismo te alimenta, la ansiedad te da valor y crees que va a ser una experiencia maravillosa. Aquí empieza la odisea.

  2. El tiempo no para:
    El hombre se rasca la barbilla, mira el plano, mira el cielo cerrando los ojos, vuelve a mirar el plano y finalmente te tira un "calculale que en 5 meses está la casa terminada". Estamos en Diciembre, entre pitos y flautas (diseño del plano, elección del constructor, aprobación y modificación de los planos, delimitación del perímetro, etc.) y calculás que vas a pasar el mejor 25 de Mayo de tu vida. Los meses pasan y ves crecer ladrillo a ladrillo, hilera por hilera, la que va a ser tu hogar... acá va a estar el baño, y acá el dormitorio... este espacio es la cocina y aquel el living comedor. Casi sin darte cuenta, se fué el verano y tu casa va creciendo. Te das cuenta que lo más difícil es cuando interactúan especialistas: la obra se detiene una semana porque va el electricista, quien no puede terminar porque el gasista no apareció y el que hace la instalación de agua espera que esta semana no llueva. Mientras tanto tu casa espera, después que ya la levantaron y le pusieron el techo, soporta estoicamente que la agujereen de acá para allá para pasar caños y cables. Vos ya no ves progresos, la casa estaba levantada en Marzo, pero entre canaletas y cablecitos se va Mayo y pareciera estar todo igual. Finalmente llegó el gran momento del revoque (revoque más pintura en este caso) en un par de semanas ya vas viendo que no todo era un sueño, ahi está, la casa va tomando color a pesar de que cada vez que vas a verla te cantás de frío (ya estamos en Junio). Tal vez por inocencia, ignorancia o ganas de romper, se te ocurre preguntar "no hay que poner las ventanas antes?" a lo que te miran con cara de pobre, le contestamos porque da pena "no, tontita, revocan y después ponen con el sistema en seco (poliuretano expandido) y queda bárbaro". Claro, para este entonces, ya el constructor se está llevando el "obrador" porque su tarea terminó (levantar la casa), por lo que, cuando el que te pone las ventanas te da la mala noticia de que están mal hechos los vanos (más altos, más largos, más chicos) querés agarrar al HDP que quiso revocar antes y llenarle la cara de ladrillazos. A esta altura, pasaron las fechas de todos los cumpleaños que soñabas festejar, te peleaste con todos los que trabajaron en tu casa, tuviste que salir a buscar gente nueva y ya no tenés un mango ni por descuido. Aquí empieza la gastritis.

1.11.06

Miércoles

Hay días brillantemente negros, en los que me siento íntegramente dividida. Días en los que ni el más genético optimismo me salva.

Días en los que quisiera ser "ese" que sigzaguea a 170km por hora en la colectora de la Pana.

No te pasa? Días en que ni siquiera podés inventar una historia en tercera persona?

Son días en los que ni el prospecto de felicidad futura me sacan de la pesadilla del dolor pasado. Y vicseversa.

Hay días en que vuelven esas voces: desgarradoras, excistenciales y, por ahora, poco trascendentales.