En el muro de lo ideal, chocan todas las realidades.
Se apelmazan, se estropean, se revientan.
Se lastiman, se desangran, se marchitan.
Pero renacen.
Retroceden.
Y vuelven al choque.
Intentando trepar, a riesgo de derribar.
Quizás, encontremos la forma de rodearlo y avanzar, complacidos, dejándolo atrás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario