23.3.06

Gráfica Urbana I

A fines del año pasado un afiche en la Vía Pública, llamó mi atención. Básicamente era un reclamo del sector ganadero, de un gremio, o algo así, cuya frase destacada decía "La carne nos hace fuertes". Inmediátamente, en mi cabeza se disparaba la imágen de una muchedumbre marchando a modo de manifestación con Hannibal Lecter a la cabeza al grito de "carne, carne, carne!".

Dia tras día pasaba delante del afiche, lamentándome no tener una forma de inmortalizar esa frase que, por no hacerme llorar, me hacía reír tremendamente.

Hace poco, en mi vuelta a casa en tren, me encontré parada delante de un cartel informativo de las prohibiciones en este medio de transporte. Todas las reglas, representadas por un ícono y un texto, tenían la seriedad y formalidad correspondientes al caso. Excepto esta:


La foto tiene una calidad pésima, está sacada con el celular. El texto dice exactamente: "Prohibido viajar con animales, con excepción de los de servicio."

Jamás, jamás en años de viajar en tren vi un perro, un gato, etc. que sirvan a la empresa y puedan justificar esta insólita regla. Pero como en este mundo los chanchos pican boleto, los zorros te hacen la boleta y los demás laburamos como marmotas, ya nada es de extrañar.

16.3.06

As time goes by

"Las cosas esenciales tienen valor según pasan los años".
Herman Hupfeld



Cuando sos bebé, ni te enterás. Es la histeria familiar la que te lleva. No zafás pero no te importa, porque igual nunca te volvés a acordar.

En la infancia lo disfrutás, te dejás llevar. Los grandes organizan, los chicos enloquecen de alegría. Esperás con ansias el día y casi siempre la pasás genial.

En la adolescencia ya te empieza a romper un poco. No querés que tu familia te joda mucho y en cuanto diste las sonrisas diplomáticas del caso, te rajás a rodearte de amigos a lugares donde realmente querés estar .

En la adultez, cuando formaste ya una familia, crees que todo se resuelve más fácil, que ya no tenés que dar explicaciones, pero siempre está el "que quiere verte, saludarte", "que cómo no hacés nada?" o "dale, que pasa sólo una vez al año". En definitiva: histeria familiar de nuevo.

Un año más de vida, o uno menos. Un año más vieja, o uno más sabia. Un año más aprendiendo a valorar lo que realmente importa.

13.3.06

Vida boba

Hace uno días ya, que nos está dando vueltas en la cabeza la horrenda idea de sacar Cablevisión. Y todo a raíz de que empezamos a notar que nuestra hija se está transformando en una especie de Mafalda doblada por la que dobla a Lisa de los Simpson. Me importa un bledo que sea un correcto español o que sea "neutro", cuando empieza a decirnos que quiere "pastel", o "palomitas"; cuando nos pregunta si llegó la "correspondencia" y nos trata de "tu" nos empieza a correr por las venas una inquietante pregunta ¿no estará viendo mucha televisión?

No obstante eso, y visto que ahora medio día está en el jardín, decidimos esperar. Pero ayer la duda volvió cuando muy tranquila la descubro, asombrada, en un silencio impensado para el diario desfile de dibujitos: estaba viendo el deshielo del glaciar. Como me pareció que estaba entrando en una especie de alienación, la llevé a tomar un helado. Mientras caminábamos hacia la heladería la charla giraba alrededor de su muñeca, a la que llevaba en el cochecito porque estaba enferma, le puso un saquito para que no tenga frío y le preparó el "respirador de aire" porque sino "el aire normal le hace mal".

Ya en la heladería y tratando de que la charla virara a un estado más "naif" la enana pidió un helado de sambayón y frutilla, al sentarnos y ver que su mirada se perdía hacia un costado descubrí con bastante bronca que en la heladería había un televisor sintonizado en TN y en el evento del fin de semana. "Mirá mamá, ahi se cayó un pedacito chiquitiiito, pero te lo perdiste" me dijo mientras el helado le empezaba a chorrear por la mano. A punto de estallar decidí que volvamos al departamento. Agarré a mi hija (después de terminarle la sopa de helado), la convencí de que volviéramos y viéramos como se rompía el hielo desde casita, mientras con la otra mano terminé llevando el cochecito, con la bebé enferma, con el saquito y el respirador.

Llegamos y me desplomé en el sillón, mi hija siguió haciendo zapping entre los Power Ranger y el Glaciar, hasta que empezó una "peli de miedo". Mientras yo trataba de disimular las ganas de dormirme una siesta, en un par de cabeceadas en las que el sueño me venció, soñé que vivíamos lejos y perseguíamos mariposas, jugabamos a los piratas, cazábamos luciérnagas y nos sentábamos en el jardín a ver esa tormenta que ilumina con destellos el horizonte. "Mamá, no te duermas que te perdés la peli!!". No hay dudas, en casa se ve demasiada Televisión.

6.3.06

Silencio

"Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente."
Groucho Marx


Escribir. Qué. Cuándo. Por qué. Mis musas siguen de vacaciones. Y mis dedos son como labios que balbucean y no llegan a esgrimir una frase coherente. A veces las acciones sobrepasan las ficciones y nos mantienen cálidamente ocupados. Entonces, me tomo otro café, miro el cielo manchado de nubes, pienso en las 25 millones de cosas que tengo en la cabeza y sonrío.


Vivir me mantiene demasiado ocupada. En este tiempo de silencio nació un sobrino, murió un tío, empecé una dieta, empecé un libro, estructuré 3 proyectos de trabajo diferente, me desanimé 20 veces, me nombraron madrina, saqué el registro y empecé sala naranja.


Para quienes disfrutaron el silencio, para quienes lo odiaron, para quienes extrañaron algunas palabras, para quienes pasaron y vieron. Timidamente volví. Ya vendrán momentos de verborragia. Por ahora, me refugio en la frase de Groucho, me levanto de la compu y me acurruco en la cama con mi hija para hacer "un poco más de fiaca".