16.3.06

As time goes by

"Las cosas esenciales tienen valor según pasan los años".
Herman Hupfeld



Cuando sos bebé, ni te enterás. Es la histeria familiar la que te lleva. No zafás pero no te importa, porque igual nunca te volvés a acordar.

En la infancia lo disfrutás, te dejás llevar. Los grandes organizan, los chicos enloquecen de alegría. Esperás con ansias el día y casi siempre la pasás genial.

En la adolescencia ya te empieza a romper un poco. No querés que tu familia te joda mucho y en cuanto diste las sonrisas diplomáticas del caso, te rajás a rodearte de amigos a lugares donde realmente querés estar .

En la adultez, cuando formaste ya una familia, crees que todo se resuelve más fácil, que ya no tenés que dar explicaciones, pero siempre está el "que quiere verte, saludarte", "que cómo no hacés nada?" o "dale, que pasa sólo una vez al año". En definitiva: histeria familiar de nuevo.

Un año más de vida, o uno menos. Un año más vieja, o uno más sabia. Un año más aprendiendo a valorar lo que realmente importa.

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